martes, 27 de febrero de 2018

Tecnología comunica una isla laboratorio de Panamá con la academia del mundo

Barro Colorado (Panamá),27.02.2018,(EFE).


En medio de la estrecha cintura que divide las dos vertientes del Canal de Panamá se encuentra la isla Barro Colorado, que alberga uno de los bosques más estudiados del mundo gracias a un programa de videoconferencias que lleva esa selva a las aulas de universidades de varios continentes.

La isla, que forma parte del Monumento Nacional de Barro Colorado, era antes una elevación de 171 metros pero perdió casi 30 metros cuando se represaron las aguas del río Chagres y se formó el lago artificial Gatún, que alimenta a la vía interoceánica.

Desentrañar cómo una parcela de apenas 1,5 hectáreas concentra lo que los expertos consideran una gran cantidad de especies, es uno de los principales objetivos de los científicos del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI, por sus siglas en inglés), encargado de la zona desde 1946.

En ese contexto y con la meta de fortalecer la conciencia ambiental de los estudiantes, los esposos Jacalyn Giacalone y Greg Willis crearon en el 2002 el programa "Rainforest Connection".

El programa consiste en una serie de videoconferencias en vivo desde Panamá con escuelas de América y Asia a fin de dar a conocer los estudios a largo plazo de mamíferos tropicales como ñeques, mapaches, tayras y el tapir.

La representante del proyecto y educadora de ciencias y matemática de la Universidad Estatal de Montclair, Anna Mazzaro, dijo a Efe que la idea es llevar el bosque tropical a las aulas de clases y motivar a los estudiantes a interactuar con preguntas.

"'¿Qué pasaría si...' así son la mayoría de interrogantes que realizan los alumnos de otras latitudes del planeta acerca de lo que pasa en el laboratorio viviente del Smithsonian. Su curiosidad va más allá y cuestionan los posibles efectos en sus países de los cambios que ocurren en esa zona", declaró la científica.

Para complementar las clases a través de videos con la presencia de los científicos, los instructores muestran la fauna en vivo y otras imágenes del bosque.

Mazzaro indicó que con el programa, que impulsa el uso de las tecnologías de la información y comunicación, más de 1.000 alumnos de escuelas de Australia, Belice, Bután, Costa Rica, Honduras, Nueva Zelanda, Panamá y Tailandia se han beneficiado.

En la isla de Barro Colorado, dedicada exclusivamente a la investigación, se desarrollan proyectos en los que participan las más afamadas universidades del mundo, y está abierta al público con un programa de visitas al terreno que promueven el conocimiento y la conservación del lugar.

Establecida como reserva biológica en 1923, alberga más de 1.300 especies diferentes de plantas, 335 de aves, 35 de anfibios, 75 de reptiles y miles de arácnidos e insectos.

Allí se desarrolla además un censo de mamíferos, que empezó en 1982 para evaluar los cambios y el comportamiento de los animales y lleva hasta ahora un registro de 35 especies terrestres, que incluyen más de un millón de fotos dentro de Barro Colorado.

A la docente Mazzaro le inquieta la velocidad con la que se pierden los bosques tropicales, es por eso que la doctora Giacalone Willis tiene la premura de informar a los alumnos cuestiones que servirán para que ellos tomen decisiones inteligentes en el futuro.

"A veces los estudiantes están rodeados de tanta tecnología que se olvidan de la parte natural. Mientras más los involucramos y damos herramientas para que conozcan la importancia de la naturaleza, creo que eso va a ser un logro", valoró Mazzaro. 

Por otro lado Giacalone sostuvo que están atravesando una escasez de fondos para mantener el programa académico, pero tanto ella como los otros investigadores no cejan en su empeño de difundir el mensaje de lo que sucede en una de las estaciones de investigación de la biología tropical más antigua y activas del mundo. EFE

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