viernes, 24 de noviembre de 2017

Myanmar y Bangladesh firman acuerdo de refugiados

Myanmar, 24 nov. 2017,(VOA)-


Los gobiernos de Myanmar y Bangladesh firmaron un acuerdo sobre el regreso de los musulmanes rohinya que escaparon a través de la frontera común para huir de la violencia en el estado de Rakhine, en Myanmar.

Myanmar anunció el acuerdo, pero no precisó cuántos refugiados rohinya tendrán permitido regresar al país. Bangladesh dijo que las repatriaciones van a comenzar en unos dos meses.

Más de 620.000 rohinya han huido de Myanmar a Bangladesh desde el 25 de agosto, cuando el ejército comenzó lo que llamó “operaciones de despeje” luego de un ataque a puestos policiales por un grupo de insurgentes rohinya. Los refugiados que llegaron a Bangladesh dijeron que sus casas fueron incendiadas por los soldados y por monjes budistas y algunos reportaron que las fuerzas militares les dispararon.

La oficina de la líder civil de Myanmar Aung San Suu Kyi dijo que el acuerdo “sobre el regreso de los desplazados del estado de Rakhine” fue firmado por funcionarios del gabinete en Naypyitaw, la capital. Dijo que el pacto se ajusta a una fórmula fijada en 1992 en un acuerdo de repatriación firmado por las dos naciones tras un brote de violencia. Bajo ese acuerdo, se requirió a los rohinya que presentaran documentos de residencia, que pocos tienen, antes de regresar a Myanmar.

El primer ministro de Bangladesu Sheikh Hasina, citado por la agencia noticiosa United News of Bangladesh, dijo: “Continuamos nuestras conversaciones bilaterales con Myanmar para que esos ciudadanos de Myanmar (los rohinya) puedan regresar a su país. Llamo a Myanmar a que comience pronto a aceptar a sus ciudadanos de regreso de Bangladesh”.

“Ellos quemaron nuestras casas, tomaron nuestras tierras y nuestro ganado ¿Nos van a devolver esas cosas?“, preguntó Abdul Hamid en Hoyakong. Otro refugiado, Sayed Alom, dijo: “No estoy contento. Primero necesito saber si ellos van a aceptarnos con la identidad rohinya”.

Durante decenios los musulmanes rohinya han enfrentado discriminación en el estado en Myanmar, predominantemente budista. Aunque los miembros de esa minoría étnica arribaron al país inicialmente hace varias generaciones, los rohinya se vieron despojados de su ciudadanía en 1982, lo que los dejó sin derechos ni estado. No pueden viajar libremente, practicar su religión ni trabajar como maestros ni médicos y tienen poco acceso a atención médica, educación y alimentos.

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