jueves, 24 de agosto de 2017

«Un cuerpo estatal que seleccione a los imanes mejoraría la seguridad»

Valencia, 24 agosto 2017,lasprovincias.es,RAFAEL LÓPEZ


Ihab Fahmy posando en el interior de la mezquita de Valencia. / DAMIÁN TORRES

El líder de la Comunidad Islámica en la Comunitat reclama más control sobre los guías musulmanes para evitar situaciones similares a la de Ripoll

Los atentados de Barcelona y Cambrils producidos el pasado jueves dispararon todas las alarmas en el territorio español. El impacto de tal barbarie acompañado de la polémica que envolvía al imán de Ripoll sobre si adoctrinaba a sus súbditos, ha despertado un debate en el que el presidente de la Unión de Comunidades Islámicasen la Comunitat, Ihab Fahmy, apuesta por la creación de una institución gubernamental que controle la acreditación de los imanes en las diferentes mezquitas y en base a qué criterios.

Fahmy también es miembro de la Comisión Islámica de España, que otorga esas acreditaciones a aquellos imanes que consideran capacitados para dirigir los rezos y ser el guía del ritual de oración. Así, argumentó que «sería positivo» la creación de un «cuerpo estatal que seleccione imanes para mejorar la seguridad». Un aspecto ya defendido por el experto en Medio Oriente de la Universidad de Alicante, Ignacio Álvarez-Ossorio. La colaboración entre el Estado y la Comisión Islámica supondría un «salto de calidad».

Sobre este aspecto, el presidente de la comunidad en la mezquita de Valencia se detuvo e hizo hincapié en la distinción entre «el imán cualificado y el imán elegido por la comunidad». En este sentido, Fahmy explica que «no cualquier miembro puede ser imán, sino que debe ser elegido por el conjunto de la hermandad». Para ello, el seleccionado debe tener amplios conocimientos de la religión musulmana, así como destacar por su buena conducta y sus habilidades para la oratoria y la transmisión de creencias y pensamientos.

 Sin embargo, Fahmy asevera que se puede correr el riesgo de que esas ideas estén «equivocadas», ya que esas estos líderes religosos no cuentan con estudios previos. «Esta es una función que requiere de una especialización y de un determinado nivel de cualificación que normalmente suele ser una carrera universitaria cursada en Teología, engua árabe o cualquier tipo de estudios relacionados con la cultura y la religión musulmana. 

Ese señor (refiriéndose al imán de Ripoll) era un delincuente con antecedentes por tráfico de drogas, y se presentó como voluntario para dirigir los rezos de su comunidad, engañando a aquellos que le seguían», se indignaba Fahmy, a sabiendas de que esta función dentro de la religión musulmana está en el punto de mira. Asimismo, comenta que «actualmente en España existen muchos más imanes no cualificados debido al gran número de comunidades que deberían hacer frente al pago por los servicios de los mismos, además del alquiler del local».De ahí la necesidad de encontrar una vía alternativa para evitar que se produzcan de nuevo este tipo de situaciones, y confiar en las aptitudes y la cualificación de los imanes.

Otro punto a tener en cuenta es que el atentado no solo dejó atrás vidas humanas, sino también sentimientos que pueden llegar a perjudicar la convivencia con «hermanos de otras religiones», tal como señala Fahmy.

«Estamos preocupados pero no tenemos miedo», afirma cuando es preguntado por el fenómeno de la islamofobia. «Siempre hay gente que quiere vivir en el odio y desea la separación y el conflicto», en referencia a los radicales de uno y otro bando. «Gracias a Dios, en Valencia, y en España en general, existe una interiorización a la hora de saber diferenciar y respetar al resto de personas por sus creencias y religión». Fahmy destaca «el trabajo» como un pilar fundamental para terminar con cualquier acción que vaya en contra de la unión y la convivencia de dos culturas y religiones distintas en la calle, en las aulas y también a partir de los medios de comunicación.

«Algunos chavales cuando estás hablando de los musulmanes o los chinos te dicen que todos son malos excepto mi amigo Mohammed. Lo que hay que hacer es transmitir que todos son como su amigo Mohammed. No hace falta convivir uno por uno con cada persona de diferente cultura para saber que también son personas». Por ello, subraya la necesidad de «transmitir el sentido humano».

Respecto al perfil de las víctimas que atentaron en Cataluña, la gran mayoría no superaba los 25 años, por lo que la elección de menores en el desarrollo de los ataques es otra de las armas más frecuentadas por los terroristas. A esta cuestión Fahmy señala que «se decantan por los chavales porque son más manipulables y tienen gran imaginación». Afirma que «los yihadistas aprovechan esta facilidad para moldear los pensamientos de los niños». Una situación que se acentúa cuando el niño es víctima de algún tipo de desigualdad o discriminación. De esta forma, « es una presa fácil».

Por otro lado, ante las continuas reivindicaciones de la comundiad musulmana por rechazar los actos de terrorismo en cada minuto de silencio y cada concentración por la paz, Fahmy elogia la intención y el propósito de todos los participantes, pero comenta que no es una obligación para ellos. «La reivindicación es genial pero consideramos un insulto que nos pidan condenar un acto que es criminal de por sí, y del cual no somos partícipes, y no hay justificación».

En este sentido, Fahmy apela a la unión contra el terrorismo y alerta de los riesgos que pueden darse de no trabajar «todos juntos». La disminución de esos riesgos pasa por un mayor control y cooperación del gobierno y la Comisión Islámica.

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