domingo, 22 de agosto de 2010

Ramadán a la uruguaya

Montevideo,22/08/2010,elpais.com.uy

Musulmanes de todo el mundo celebran uno de los pilares del Islam. ¿Cómo se vive este mes de ayuno en Montevideo? Un converso relata las diferencias.

CATERINA NOTARGIOVANNI

Un profesor de historia de liceo encendió la mecha de la curiosidad cuando le comentó que era probable que su apellido, Gusmán, tuviera ascendencia árabe. Pero los años pasaron sin que Gabriel sintiera la necesidad de corroborarlo. Si bien siempre tuvo fe en algo superior, vivía en un contexto familiar ateo que no lo motivaba a acercarse a ninguna religión. Hasta que cumplió 26 años y fue por primera vez al Centro Egipcio de Cultura Islámica. Fue el Sheij (persona mayor muy respetada) que allí enseñaba quien despertó la vocación y definió el futuro de Gabriel, en adelante Muhammad Yibrieli.

Doce años después, Muhammad es el Imán (líder religioso) del Centro para la Divulgación y Práctica del Islam, ya hizo la peregrinación a La Meca (uno de los cinco pilares de la religión, ver nota aparte) y espera con ansia una beca para irse en 2011 a estudiar a la Universidad de Medina, en Arabia Saudita. Tiene 36 años, es casado, sin hijos y tiene una verdulería.

En el mes del Ramadán, la "prueba del año" para un creyente, Muhammad explica cómo se hace para cumplir con los mandatos de la fe en una ciudad que vive de espaldas a las tradiciones islámicas.

Autopurificación. El Ramadán tiene lugar durante el noveno mes del calendario islámico, que a diferencia del occidental, es lunar y no solar. Este año comenzó el 11 de agosto y se extenderá hasta los primeros días de septiembre. En ese lapso los musulmanes deben realizar un ayuno de comida, bebida y relaciones sexuales desde la salida hasta la puesta del sol. En los hechos, unas doce horas de abstinencia diaria. Quedan exentas las mujeres embarazadas o en el período menstrual, los ancianos en estado delicado, los niños menores de diez años y los adultos con cualquier imposibilidad física. Además, si una persona se siente mal durante el ayuno debe abandonarlo inmediatamente.

Ahora, la abstinencia física es sólo una parte. Durante el Ramadán los musulmanes también deben evitar las conductas negativas hacia los demás, las malas palabras, las provocaciones y deben procurar solucionar los conflictos personales que vienen arrastrando. Esa, dice Muhammad, es la parte más "difícil" de este período. "El Ramadán viene a ser como la prueba del año. Si la persona actuó bien o casi bien durante todo el año, le va a ser fácil pasarlo. En caso contrario, le será imposible. Entonces caerá constantemente en pecado o falta. Por eso se dice que la persona que no se abstenga de esto sólo logrará pasar hambre y sed en Ramadán", explica el Imán. Vale aclarar que las buenas actitudes son obligatorias todo el año, sólo que durante estos 30 días una falta en este sentido se considera más grave.

Transcurrir este ayuno en Uruguay es más difícil que en los países islámicos o de alta presencia de musulmanes, como España, por ejemplo. De hecho Muhammad vivió ocho años en Mallorca, donde la comunidad musulmana superaba por lejos a las 50 personas que en promedio transitan hoy por el Centro que lidera. Allí pudo vivirlo en un ambiente completamente diferente. "En España las mezquitas abren todas las noches, se lee el Corán, se rompe el ayuno en conjunto, hay un ambiente festivo. Es casi igual que en un país islámico. Acá no podemos tener abierto todas las noches porque todo se hace a pulmón", ilustra. Se refiere al hecho de que en el Centro son todos 100% voluntarios y que, por lo tanto, no siempre puede desatender sus fuentes de trabajo para abrir la mezquita. La ecuación es simple: cuanto más grande es la comunidad musulmana, mayor es el aporte monetario de los fieles y, como consecuencia, más posibilidades de tener un Sheij remunerado.

El ayuno se rompe con un vaso de agua y dátiles, que se ingieren estando sentado o agachado. Luego se cena como en un día común. Otra diferencia del Ramadán montevideano es que en países islámicos se preparan alimentos para romper el ayuno y convidar a los necesitados. Por otro lado, dice Muhammad que muchos árabes le comentan que acá es difícil cumplir con la abstinencia ya que todos comen. Claro, lejos están de aquella sintonía comunitaria. Sin embargo, el Imán es tajante: "Eso no debe importar. Si te ves tentado porque todos comen es porque no estás firme en tus convicciones".

Paralelamente, algunos musulmanes deben lidiar con los prejuicios o los comentarios incrédulos. "A veces te dicen `eso es una pavada` o `te va a hacer mal a la salud, no te metas en eso`", explica. Muhammad no tuvo dificultades en este sentido, pero dice que la "extrañeza" ante su religión es una respuesta común entre los uruguayos. En cuanto al ayuno, una vez sola en diez años debió interrumpirlo. "Trabajaba en la construcción y me dormí dos días consecutivos. Hacía mucho calor, estaba en un frente, sobre un andamio, me daba el sol todo el día; y tuve que tomar agua", recuerda.

Conversión. Muhammad estuvo un año estudiando los textos, para lo cual es imprescindible aprender árabe (el Corán no se puede traducir y las oraciones son válidas sólo si se memorizan en ese idioma). "Esa es la diferencia: si alguien se cría en una familia islámica no necesita hacer la conversión porque ya aprendió todo de chico. Yo, a pesar de tener ascendencia árabe, tuve que estudiar para convertirme". Si le confirman la beca a Arabia Saudita, Muhammad terminará de aprender árabe y pasará a integrar el grupo de musulmanes que memorizaron el Corán letra por letra. Doble mérito para alguien nacido tan lejos de la cultura islámica.
"Mahoma es un término insultante"

Cada oración escrita en árabe del libro El Corán es considerada la palabra literal de Dios revelada hace 14 siglos a su profeta Muhammad, a través del arcángel Gabriel. El profeta lo memorizó y luego lo dictó a sus compañeros.

A Muhammad se lo nombra como Mahoma, pero éste es en realidad un "término insultante para el profeta". "Fue acuñado en la Edad Media por un sacerdote, en alusión a un demonio de la Caldea que se llamaba Mahozim. Se le aplicó ese nombre para asimilarlo a Mahozim. Es un término malintencionado", explica Muhammad Yibrieril, uruguayo converso y líder espiritual del Centro para la Divulgacion y Practica del Islam de Montevideo.

Dicha mezquita, ubicada en pleno centro de Montevideo, abrió sus puertas hace dos años, como resultado de la iniciativa de dos hermanos que vieron la necesidad de que exista un sitio abierto donde practicar y comprender la religión. Según Muhammad, es el único centro del país reconocido por la Liga Mundial Islámica.

En total, son unas 50 personas las que circulan por allí, buena parte de ellos musulmanes extranjeros que están de paso por Uruguay. La mayoría, hombres.

Muhammad es quien está a cargo del "sermón", que realiza en árabe y español. La mayoría de los fieles provienen de distintos puntos de la ciudad y atraviesan dificultades económicas. "El Centro se sustenta con la colaboración de todos los hermanos. Pone el que puede, lo que pueda", explica. Esta situación dificulta el normal funcionamiento de la mezquita.

Por ejemplo, en el mes del Ramadán, las mezquitas abren todas las noches porque la tradición indica que a lo largo del mes de ayuno se debe completar la lectura del Corán, que se va haciendo por etapas, noche tras noche. Aquí no es posible porque al no haber un persona remunerada, no siempre se puede abrir el templo. Esto no significa que estos musulmanes estén en falta, ya que está permitida la lectura individual en el hogar.

Según el Instituto Nacional de Estadísticas (Encuesta Continua de Hogares 2008), aproximadamente el 2% de la población uruguaya se autodefine como musulmana.
Una guía de vida para cualquier musulmán

Los cinco pilares de la religión islámica

El Islam se sostiene sobre cinco pilares básicos, imprescindibles y esenciales en la vida de todo musulmán. El primero y más importante es el Testimonio de Fe, que consiste en decir con convicción: Ia Ilaha illa Allah, Muhammad rasúl Allah. Esto es: "No existe dios verdadero sino Dios (Allah), y Muhammad es el mensajero (profeta) de Dios". El segundo pilar es la oración, que debe realizarse 5 veces por día: en el amanecer, al mediodía, a media tarde, durante el ocaso y a la noche. En esta religión la oración supone una conexión directa entre Dios y el creyente. Está permitido acortar las oraciones y/o juntarlas cuando se está de viaje o si no se cuenta con tiempo. Duran entre cinco y ocho minutos y deben estar orientadas en dirección a La Meca (ciudad en la que nació el profeta Muhammad); por lo general se reza hacia el Este.

Dar el Zakat (palabra que originalmente significa "purificación" o "crecimiento"), que implica la obligación de dar un porcentaje específico de las ganancias personales a las personas más necesitadas es el tercer pilar.

El cuarto pilar es el ayuno anual llamado Ramadán, que obliga a los musulmanes a abstenerse de comer, beber y tener relaciones sexuales entre la salida y la puesta del sol. Durante el Ramadán, que dura un mes, también se deben evitar las actitudes negativas hacia los demás. (Ver nota)

El quinto pilar es la Peregrinación a La Meca, que todo musulmán debe cumplir una vez en la vida; siempre que tenga los medios para ello.

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