domingo, 10 de agosto de 2008

Los arqueólogos afirman que el castillo de Bairén caerá en diez años si no se restaura

José Aparicio recomienda que se apuntalen los restos de la fortaleza para evitar que se derrumben y acometer trabajos de remodelación

GANDIA,10.08.08,lasprovincias.es,ÓSCAR DE LA DUEÑA

Los arqueólogos afirman que el castillo de Bairén caerá en diez años si no se restaura


Las torres y los muros del castillo de Bairén de Gandia podrían caer en menos de diez años si no se reparan sus deperfectos.

Gandia puede perder uno de sus edificios más emblemáticos en tan sólo un década: el castillo de Bairén. Este edificio medieval, con casi mil años de historia, corre el riesgo de quedarse en un montón de piedras si no se actúa de forma inmediata.

Los restos de esta fortaleza están entrando en un "estado de ruina", como explicó el jefe de los servicios de arqueología de la Diputación de Valencia, José Aparicio, y corren el riesgo de desmoronarse en cuestión de unos años si no se reparan.

El responsable provincial visitó hace tan sólo unos días el asentamiento junto a un grupo de catedráticos expertos en arqueología y patrimonio histórico y "todos coincidieron en que si no se reparan los daños de forma urgente en menos de diez años se caerán los muros y las torres que aún quedan en pie".

Aparicio y el grupo de eruditos acudieron al lugar como una actividad complementaria del Seminario de Lenguas y Epigrafía Antiguas que se desarrolló en el Aula de Humanidades que se celebra cada año en el hotel Tres Anclas de la playa de Gandia.

En esta visita los participantes quedaron atónitos ante el estado de abandono que presenta el recinto medieval, como relató Aparicio.

Allí observaron que tan sólo se habían realizado algunas actuaciones de mejora hace ahora diez años: "Hace una década comenzaron unos trabajos sobre algunos muros que no perduraron en el tiempo y que se dejaron poco tiempo después", agregó el arqueólogo de Diputación.

"Todos los catedráticos coincidieron en que fue un error paralizar la obra y no continuar los trabajos de conservación del castillo", apuntó Aparicio.

En ese sentido, Aparicio y el resto de expertos insistieron en la necesidad de "retomar" cuanto antes los trabajos "sea de la forma que sea".

"Lo importante es evitar que los muros y las torres que quedan se desmoronen, se pueden poner en marcha diferentes modos uno de ellos es crear una escuela taller en que se rehabiliten los restos del recinto", recomendó Aparicio.


Lienzos de murallas

"Es urgente actuar en los lienzos de muralla que aún se conservan y tapar las posibles grietas, así como en las de torres", afirmó.

A juicio del arqueólogo las primeras actuaciones irían encaminadas a apuntalar los lienzo de muralla y las torres para evitar que se desplomen.

Después se acometería la restauración para fijar los restos, y posteriormente, en la medida de lo posible reconstruir el recinto.

El arqueólogo provincial reclamó al gobierno de Gandia que ponga toda su intención en conservar estos restos "tan importantes para la historia de los valencianos".

"Gandia tiene que conservar el edificio y en la medida de lo posible reconstruirlo", relató. Aparicio indicó que desde Gandia se deben pedir a todas las administraciones dinero y que colaboren en la conservación del castillo y en la posible reconstrucción de aquellos espacios que sea posible.

Por otro lado, el experto aconsejó que para conservar este tipo de patrimonio es mejor destinar cada año una pequeña partida económica que permita mantener un ritmo de trabajos de forma continua.

Partidas anuales

"Para unos restos como estos no es bueno hacer actuaciones solemnes y luego dejarlo olvidado, hay que ser constantes, con una aportación anual se puede evitar que un monumento como éste se caiga", añadió.

Aparicio recordó que en la intervención que arrancó hace 10 años se repararon los muros exteriores, que se pueden ver desde lejos, y una de las torres.

Pese a que celebró esta intervención, lamenta que en algunas de sus partes no se llevaran a cabo de la forma más acorde: "Algunas obras son bastante criticables por que las mejoras se hicieron con hormigón, en lugar de con piedra".

Para Aparicio es necesario hacer un inventario de los males del recinto histórico con el fin de actuar en consecuencia y consolidarlo, "ya que si no se desplomará".

El arqueólogo de la Diputación alertó que si los restos del monumento se desmoronan "ya no habrá remedio y será irrecuperable".

Por otro lado, aparte del la importancia del edificio Aparicio resaltó la trascendencia de la zona. Y es que en el emplazamiento, indicó, hubo una importante presencia íbera.

"Había un asentamiento prerromano sobre el cerro, que luego se ocupó y dio lugar a la fortaleza. Éste estaba frente al mar, ya que el agua llegaba a las faldas de la montaña", comentó.

Aparicio relató además que este recinto siempre ha habido presencia humana hasta que se abandonó. En ese sentido explicó que se tiene constancia de hubo población entre los años 1.500 a.c. y el 1.250 d.c., por tanto "casi mil años de vida que no se pueden dejar caer en tan sólo unos meses".

El castillo se visitó por ser una fortaleza cristiano musulmana, se conquistó y cuando dejó de ser útil los habitantes pasaron a habitar el "valle de Bairén", como defiende el experto provincial que hay que llamar a la comarca de la Safor.

lasafor@lasprovincias.es

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