jueves, 21 de febrero de 2008

La UCIDCE insiste en que no desvincula a los imames del Gobierno marroquí

Ceuta, 21 de febrero de 2008 , el faro de Ceuta, por Juanjo Oliva

Laarbi Maateis, presidente de la Unión de Comunidades Islámicas de Ceuta -UCIDCE- insistió ayer en que su federación no quiere “desvincular a los imames marroquíes que trabajan en la ciudad de ningún ministerio, mucho menos del Ministerio de Asuntos Religiosos marroquí” -cuya denominación en el reino alauí es Habous-, sin embargo, subrayó, “nos compete mejorar su situación laboral a través de su regularización en España” de quienes imparten el rezo desde las mezquitas. La razón principal: “porque estos centros de oración no están adscritos al Ministerio de Habous ya que ejercen de
forma privada”, aclaró. Precisamente, la televisión con sede en Qatar, ‘Al Jazeera’, de una enorme difusión en el mundo árabe, afirmó, según Maateis, que la intención de la UCIDCE es separar a las mezquitas ceutíes del centro espiritual marroquí.

“Muchos de los imames cuyos permisos de residencia gestionamos llevan casi 40 años de residencia en la ciudad, como es el caso de los del Príncipe. Los imames recientes tienen de 7 a 8 años de antigüedad, y los demás 10 años, y al menos una veintena de ellos de 20 en adelante”, explicó. Según Maateis, trabajan 22 días en la ciudad autónoma desarrollando actividades de culto islámico.

“Es una reivindicación histórica, del año 85 al 86, momento en el que no había voluntad política ni unidad de gestión de la propia comunidad musulmana de Ceuta”, puntualizó el presidente de la UCIDCE.

Tal y como explicó el delegado del Gobierno, Jenaro García-Arreciado en su anuncio del martes, el trámite encuentra bastantes obstáculos legales. “Es complicado porque primero se requiere de la preparación de la documentación de los imames, certificados de antecedentes penales, visados por el consulado y analíticas de que no padecen enfermedades para conseguir un visado a un país extranjero. Seguidamente, exigen la verificación de la documentación del mismo imam y de la comunidad islámica que lo reclama, que se contrasta en el Ministerio de Justicia”, explicó el presidente de la UCIDCE.
Una vez contrastada se devuelve, en este caso, a la UCIDCE, “y en ese momento lo que se hace es enviar a un miembro de la junta directiva a la entidad que solicita ese imam -estatutos, inscripción, CIF, documento del compromiso de manutención, situación sanitaria, vivienda y repatriación a su país de origen en caso de fallecimiento-. Se envía al consulado de Tánger o Tetuán -de donde proceden la mayoría de imames que que desarrollan su labor en la ciudad- y una vez en el consulado se tramita el visado de residencia y se remite al ministerio de Asuntos Exteriores de Madrid, que se comunica a Extranjería si la comunidad existe o no, hacen la misma verificación que Justicia. Completada la información se procede a la concesión del visado”, concluyó Maateis.

El presidente aclaró que no hay favoritismos, todo se hace por mediación del Ministerio de Justicia y de Exterior. “Está claro que la documentación y el trámite es bastante serio, complicado y lento”, coincidió con García-Arreciado

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